UNA DE LAS PRÁCTICAS ESPIRITUALES MÁS PODEROSAS
es la de meditar profundamente en la mortalidad de las formas físicas, incluida la propia. A esto se le llama «morir antes de morir».
Entra en esta práctica profundamente. Tu forma física se está disolviendo, deja de ser. Después llega un momento en que todas las formas mentales o pensamientos también mueren. Sin embargo, tú, la presencia divina que eres, sigues estando allí. Radiante, plenamente despierto.
Nada real ha muerto jamás; sólo los nombres, las formas y las ilusiones.
En este nivel profundo, la compasión se convierte en sanación en su sentido más amplio. En ese estado, tu influencia sanadora no se basa fundamentalmente en el hacer, sino en el ser. Todas las personas con las que entres en contacto se sentirán tocadas por tu presencia y afectadas por la paz que emanas, seas consciente de ello o no.
Cuando estás plenamente presente y la gente que te rodea muestra una conducta inconsciente, no sientes la necesidad de reaccionar a ella porque no le concedes el carácter de realidad. Tu paz es tan profunda y vasta que cualquier cosa que no sea paz desaparece en su seno como si nunca hubiera existido. Esto rompe el ciclo kármico de acción y reacción.
Los animales, los árboles y las flores sentirán tu paz y responderán a ella. Enseñas mediante tu ser, demostrando la paz de Dios.
Te conviertes en la «luz del mundo», una emanación de conciencia pura, y por tanto eliminas el sufrimiento de raíz. Eliminas la inconsciencia del mundo.
Eckhart Tolle.
es la de meditar profundamente en la mortalidad de las formas físicas, incluida la propia. A esto se le llama «morir antes de morir».
Entra en esta práctica profundamente. Tu forma física se está disolviendo, deja de ser. Después llega un momento en que todas las formas mentales o pensamientos también mueren. Sin embargo, tú, la presencia divina que eres, sigues estando allí. Radiante, plenamente despierto.
Nada real ha muerto jamás; sólo los nombres, las formas y las ilusiones.
En este nivel profundo, la compasión se convierte en sanación en su sentido más amplio. En ese estado, tu influencia sanadora no se basa fundamentalmente en el hacer, sino en el ser. Todas las personas con las que entres en contacto se sentirán tocadas por tu presencia y afectadas por la paz que emanas, seas consciente de ello o no.
Cuando estás plenamente presente y la gente que te rodea muestra una conducta inconsciente, no sientes la necesidad de reaccionar a ella porque no le concedes el carácter de realidad. Tu paz es tan profunda y vasta que cualquier cosa que no sea paz desaparece en su seno como si nunca hubiera existido. Esto rompe el ciclo kármico de acción y reacción.
Los animales, los árboles y las flores sentirán tu paz y responderán a ella. Enseñas mediante tu ser, demostrando la paz de Dios.
Te conviertes en la «luz del mundo», una emanación de conciencia pura, y por tanto eliminas el sufrimiento de raíz. Eliminas la inconsciencia del mundo.
Eckhart Tolle.